Ya estamos más que acostumbrados a ir a un lugar público y encontrarnos una red WiFi abierta. Esto se ha hecho muy común en todo tipo de espacios, como aeropuertos, centros comerciales o bibliotecas. Son muchos los usuarios que apuestan por conectar sus dispositivos a estas, puesto que son una forma gratuita de mejorar la conexión a Internet que tengamos en ese momento y también sirve para ahorrar datos de nuestra tarifa.
El problema es que, por desgracia, este tipo de redes no son tan seguras como uno podría pensar. De hecho, tal y como explica un experto en ciberseguridad en este artículo de Animal Político, hacerlo entraña una serie de riesgos bastante elevados que nos pueden hasta coger por sorpresa.
Las redes WiFi públicas, solo en caso de emergencia
Hoy en día uno tiene que estar alerta porque puede recibir un intento de estafa o de robo de datos de cualquier parte. Aquí no hay nada exento de peligro: el peligro puede estar en un inofensivo mensaje de la DGT o incluso en nuestra pantalla por culpa del HDMI. Lo que está claro es que si conocemos los riesgos y peligros de ciertos elementos vamos a estar más seguro, y ahí es donde entran las redes WiFi públicas.
El experto al que hemos hecho referencia más arriba es Hugo Werner, vicepresidente regional para LATAM en Akamai, una empresa que se centra en el desarrollo de software en la nube y soluciones de ciberseguridad. Según este, hay varios riesgos que deberíamos de tener en cuenta antes de conectarnos a una de estas redes, sin importar donde se encuentre la misma.
El primero de estos riesgos está relacionado, como no podía ser de otra forma, con el robo de información. Con los conocimientos necesarios, un usuario conectado a este tipo de redes puede llegar a interceptar el tráfico de esta red y robar nuestra información personal. De hecho, no es extraño que sean los propios delincuentes los que creen este tipo de redes para robar datos.
Por supuesto, Werner también hace referencia al robo de contraseñas. Para ello, se pueden valer de la creación de portales fraudulentos con un diseño muy cuidado, hasta el punto que pueden pasar perfectamente por portales de entidades muy reconocibles, como Correos. Con ellas, no es muy difícil que alguien pique e introduzca sus credenciales o datos bancarios.
Si esto ya es grave de por sí, no podemos olvidar que estas redes públicas son también el caldo de cultivo perfecto para la distribución de malware. Teniendo los conocimientos necesarios, es posible configurar una red WiFi para que esta distribuya cualquier tipo de malware directamente a los usuarios conectados.
Para estar seguros, lo mejor que podemos hacer es evitar este tipo de redes en lo posible. Si no tenemos más remedio que conectarnos a una, el uso de una buena VPN puede hacer que nuestra seguridad no se vea comprometida. Por supuesto, también debemos asegurarnos de que las redes WiFi que encontremos sean auténticas y pertenezcan a un lugar o negocio.
Cabe destacar que Werner especifica que nunca debemos usar estas redes para acceder a nuestra información bancaria o a otro servicio donde tengamos que introducir contraseñas. Por supuesto, también conviene que nuestros dispositivos estén lo más actualizados posible para que no haya agujeros de seguridad en ellos.
Imagen | Isarisariver en Unsplash, PNGWing
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